martes, 29 de julio de 2008

Normandie-Bruxelles




Sacrée vague, mulatos y Gadafi muriéndose de envidia




A veces la gente se piensa muy creativa y original y luego lo que es es realmente ingenua en el mejor de los casos:

-Los españoles, por ejemplo, llegaron a América pensando que estaban llegando a las Indias y luego han presumido durante siglos de haber descubierto un nuevo continente, y resulta que estaba poblado desde miles de años atrás por el ser humano, y luego fue redescubierto por vikingos, varios siglos antes de la llegada del súbdito Colón. Aun hoy en día se sigue celebrando en cierta fecha “el descubrimiento de América”, además del nacimiento de cierto gallego que forma una irónica unidad de destino en lo universal con el susodicho evento.

-Yo el otro día, mientras leía el periódico, no pude retenerme y me conté a mi mismo el chiste aquel de “cuando Obama gane las elecciones, la Casa blanca pasará a ser la Casa negra”.

-¡Oh, canastos! ¡pero qué gracioso soy! – pensé

Pero como ya está todo inventado en estos campos de Dios, me fui a google por curiosidad, para certificar la triste verdad: que evidentemente, poniendo black house en google aparecen no tres o cuatro, sino decenas de miles de referencias a bromas asociadas que se publicaron en linea aun antes de que ese invento belga que es Internet u Obama fueran siquiera un proyecto.

Hace quince años al menos podías pensar que eras más o menos ocurrente durante unos días, hasta que el chiste que te contaste a ti mismo –y que jamás te atreverás a contar debido a un (cierto) sentido de la vergüenza- te lo cuenta un desconocido mientras te tomas una caña en un bar. Hoy en día la fantasía de la frescura y originalidad de las chorradas individuales se ha resentido terriblemente debido a los buscadores en interfred. Para bien y para mal, hoy tenemos a unos 1500 millones de internautas perdiendo el tiempo en sus blogs, chats y foros hoygan dispuestos a cchafarle el copileft a cualquiera.

Pero a lo que iba con el tema de Obama… lo que quizá nadie haya propuesto todavía es renombrar la vivienda en cuestión como “la Casa mulata”, lo cual se ajustaría más a la verdad y sería adecuado en caso de que al Presidente le de por comenzar su mandato con medidas friquis.

Y es que hay algo que siempre me ha intrigado con respecto a los afroamerican heros y es:

¿por qué la inmensa mayoría de los negros exitosos en Estados Unidos no son negros, sino mulatos más bien claritos, y/o sufren en su piel una tendencia a la blanquificación a lo largo de su carrera? Colin Powell, Michael Jackson, Harvey Keitel… ¿hace falta añadir nombres?


En otro orden de cosas, hubo desde el principio de la campaña demócrata por la candidatura a la Presidencia, dos cosas que me dejaron perplejo:

1) Una es como siempre la capacidad de los periodistas para llenar páginas y páginas en periódicos, en particular extranjeros (a EE UU), con artículos que, en caso de que a uno le importara algo ese circo, al final no informaban absolutamente nada sobre propuestas o diferencias entre los programas de los candidatos, más allá de que uno se parece a mi primo, es el yerno que todas las suegras progres querrían tener para si y es apoyado por George Clooney y la otra es apoyada por Jack Nicholson, es rubia y tiene una sonrisa más falsa que Judas, además de varias batallitas infumables que contar sobre su presunto y patético heroismo de cartón piedra al aterrizar en cierto aeropuerto balcánico.

Tuvimos (la oportunidad de) tragarnos gigantescos reportajes en los que “supermartes” (?), “el poder de la mujer”, “icono de la igualdad de oportunidades”, “compromisarios”, y diez o quince palabras más bastaban para, en un asombroso ejercicio de dominio de la lengua, escribir columnas y artículos enteros gramaticalmente correctos carentes de todo atisbo de contenido.

2) El otro elemento que me llamó la atención es la estéril dicotomía zen que se montó en torno a los conceptos “candidato de sexo femenino” y “candidato de color” (o como dicen Les Luthiers “de color…de color negro”) que hacían ganar enteros en politicorrectibilidad a ambos líderes.

Propongo que para la próxima carrera a la candidatura demócrata (o republicana, valga la), los aparatchik elijan como candidatas a dos lesbianas negras musulmanas o budistas. Así se ahorrarán las discusiones acerca de cual de las dos supone un mayor avance en aras de la lucha por la igualdad en EE UU. Las elecciones no serán ya a la White o a la Black o a la Woman House, lo serán a la… ¡Equal Oportunity Employer House!

De hecho, en vez de cambiar de nombre, se debería cambiar directamente de sede. La sede de la Presidencia norteamericana podría ser una sede rotativa para una mayor representatividad de las condiciones de vida del estadounidense de la calle. Unas veces sería una mansión con cuarenta retretes y treinta plazas de garaje en Beverly Hills como la de Puf Daddy o Al Gore, otras un apartamento cayéndose a pedazos en el Bronx, y otras veces (ya en un futuro radiante y culturalmente más avanzado), un tipi plantado en medio de una reserva apache (¡¡Gadafi, muérete de envidia!!) .

En cuanto al método de competición para ver cuál de las dos candidatas se lleva el honor de ser la aspirante a la carrera presidencial, lo más adecuado y económico sería que se den de mamporros y como dicen en mi pueblo, la que gane ha ganao. Se ahorran de esa manera deudas de seis o siete ceros en asesores, maquillaje, octavillas y vuelos, que el galón de aceite está muy expensivo, broda.

Hell yeah!!!

... ceci dit, me hará ¿sonreir? que un mulato llegue a la presidencia de EE UU.

martes, 15 de julio de 2008

Magdalena



(...)

-En el imperio romano eran unos salvajes, si. Pero eran sinceros.
Nadie hablaba de dignidad humana. Si querían levantar un monumento, no racaneaban en esfuerzos ni en vidas, intercambiaban sangre por piedra erguida y columnas interminables.

Con un par de ideas griegas, un par de intuiciones fenicias, algún añadido venido del Nilo, en Roma se edificaron los cimientos de la civilización industrial, el alcantarillado y alumbrado público, la enfiteusis. Los romanos tenían esclavos y lo asumían: los ciudadanos libres eran sujetos, los esclavos, catalogados como objetos por el sistema jurídico vigente. Los romanos hablaban de fuerza, de grandeza, de sacrificio. No entraban en disquisiciones de derechos humanos.

No te digo que no haya habido cambios. Pero una gran diferencia con el aquí y ahora es que hoy en día los poderosos pretenden no sólo tener esclavos, además pretenden llamarles "partners", "collaborateurs", su objetivo final es la violación con consentimiento.

-Ah, pero Magdalena... todo esto qué tiene que ver con tus clases de ballet en la Politécnica?

-Nada. Sabes qué? Me recuerdas a mi profesor de metalurgia, que decía que (...)