Neukölln es un barrio lleno de negocios curiosos.
Entre ellos, el último que ha llamado mi atención es un restaurante vegetariano que ofrece morcillas vegetarianas (Vegetarische Blutwurst). Los productos derivados del cerdo no suelen ser un elemento habitual de las dietas vegetarianas, así que me acerqué a charlar con el dueño del establecimiento, Karl Schweriglieb, para indagar acerca de las características de estas morcillas que se están convirtiendo en un punto de referencia culinario de la escena vegetariana berlinesa.
Cork Monsieur- Guten tag Karl, nuestros lectores deben estar un poco atónitos. Podrías contarnos en qué consisten las morcillas vegetarianas?
Karl Schweriglieb- Bueno, se trata de las morcillas de toda la vida, tanto en su versión “morcilla de Burgos” (rellena de arroz), como en la versión más standard. La particularidad de nuestras morcillas estriba en el hecho de que garantizamos que en su proceso de elaboración, no se ha matado a ningún cerdo.
CM- Ciertamente se trata de una idea innovadora. Pero nuestros lectores se preguntarán con razón, cómo se elaboran morcillas sin matar a ningún cerdo, ni recurrir a los sosos sustitutivos clásicos como la soja o el seitán.
KS- Bueno, todo empezó un día a raíz de una conversación con Luka, un cliente esloveno de nuestro establecimiento que se preguntaba si la morcilla debía ser considerada un alimento cárnico. En esencia, una morcilla se confecciona con sangre de cerdo, pero no contiene carne propiamente dicha. Después de las bromas iniciales, decidimos plantearnos la cuestión seriamente.
El asunto es que las morcillas se elaboran tradicionalmente en un momento posterior a la matanza del cerdo.
El reto que nos planteamos era integrar la morcilla en la dieta de aquellos vegetarianos a los que, a pesar de negarse a alimentarse de proteinas provenientes de animales muertos, no les hacía ninguna gracia renunciar al placer gastronómico de una buena morcilla.
Es así como nació la idea de la morcilla vegetariana.
Se trata de morcillas producidas con sangre de cerdos vivos, a los cuales se les retira la sangre procurando causarles las mínimas molestias, y siempre en el marco de la extracción de muestras enfocadas a analizar la presencia de enfermedades y dolencias. Lo cual tiene la doble ventaja de no hacer sufrir a los animales en balde, y por otro lado, de utilizar sangre de primera calidad, exenta de cualquier tipo de infección bacteriana que pudiera afectar al consumidor final humano.
CM- Se trataría pues de una costumbre similar a la de los Masái de Kenia y Tanzania, que beben la sangre de las vacas directamente del cuello de las reses vivas?
KS- No se me había ocurrido la comparación, pero si, el concepto es muy parecido. Al igual que muchos vegetarianos comen huevos y productos lácteos, nos parece que la morcilla es un alimento incorporable a la dieta vegetariana, siempre que el orígen de esta sea el de aquellas granjas vegetarianas acreditadas que nos proveen las morcillas. Tenemos una tolerancia cero hacia aquellas granjas en las que se asesina a los cerdos con la excusa de la alimentación humana.
Los cerdos de nuestros granjeros socios llevan una vida tranquila y feliz, y mueren de manera natural.
CM-Han pensado en la posibilidad de servir chorizo vegetariano? Sería digna de estudio la posibilidad de realizar liposucciones a los cerdos, sin sacrificarlos.
KS- Bueno, nos parece una idea un poco excéntrica desde nuestra perspectiva animalista, ya que eso implicaría hacer peregrinos juicios de valor sobre los deseos de los cerdos en cuanto a sus posibilidades de mejora estética personal. Además, por el momento el restaurante funciona bien, y nuestros clientes se conforman con que les den morcillas.
CM- Gracias por tu tiempo, Karl.
KS- Un gusto, Cork.
“Schweinliebling”
Vegetarische Blutwürtsche Restaurant
Fuldastraße 69, Neukölln, Berlin.
Platos: 11-20 leros
Menú del día: 15 leros (dos platos, bebida, postre y/o café)